¿Por qué no aprovechar el tiempo dedicado a aprender francés para entender mejor nuestra personalidad y también abrirnos a nuevos horizontes culturales?
A raíz del lema "Sin duda, se aprende más disfrutando", he diseñado un método innovador y entretenido que le permitirá:
Una clase de idiomas no debería convertirse en una burbuja artificial, sino ser lo más fiel posible a las situaciones reales y modos de hablar de los hablantes nativos. Por ello, el método expone al alumno a acentos, ritmos y diálogos auténticos (por ejemplo a través de la proyección de cine francés), tal y como son expresados por los franceses en su día a día.
El método busca simular la interacción que teníamos con nuestra madre cuando aprendíamos fácilmente castellano a su lado.
En efecto, mi certeza es que la pedagogía del francés, para ser realmente eficaz a largo plazo, debe relegar la gramática a un segundo plano y asemejarse a la interacción que nuestra madre llevó a cabo con nosotros para que empezásemos a hablar: actos comunicativos en los que entendíamos el significado de sus palabras porque las asociábamos con imágenes (por ejemplo su cara) a través de ciertas vivencias que nos generaban lazos emocionales con la lengua y que tenían un profundo sentido para nosotros.
¿Cuáles son los recuerdos y aprendizajes más duraderos e intensos de nuestra vida? Efectivamente... ¡están ligados a nuestras emociones!
Sala acogedora, equipada con aire acondicionado.